Isla de Santa María
Ubicada en el Grupo Oriental, es la isla más meridional del archipiélago. Fue la primera isla que se descubrió y se distingue por tener un clima más seco y cálido que hace que parte de su vegetación tenga un tono más amarillento. Debido a estas condiciones meteorológicas, Santa María, se asume como el balneario de las Azores.
La playa más famosa es la Formosa, donde se practican varios deportes acuáticos. En forma de anfiteatro, la bahía de São Lourenço está rodeada de viñedos cultivados en terrazas. En la parte norte de la isla, sigue estando hoy en día la capilla donde Cristóbal Colón ordenó celebrar una misa después de su regreso de América, la ermita de Nossa Senhora dos Anjos (siglo XV). La iglesia de Nossa Senhora da Assunção, patrona de la isla, es una de las más antiguas del archipiélago. En el Centro de Interpretación Ambiental Dalberto Pombo se puede ver la colección del patrimonio natural de la isla.
En Barreiro da Faneca nos encontramos con un paisaje desértico árido, arcilloso de color rojizo, generalmente conocido como el “Desierto Rojo”. La Ribeira de Maloás, Pedreira do Campo y los fósiles de Santa María son otros puntos de interés por su formación geológica.
Gastronomía
De la tierra nace uno de los platos más simbólicos de Santa María: ‘Caldo de Nabos’ está hecho con una especie pequeña de nabo local, de color oscuro. En la repostería, abundan las recetas locales. Las ‘tigeladas’ son típicas en la restauración, pero con mayor tipicidad, las ‘cavacas’, ‘suspiros’, los ‘melindres’, los ‘encanelados’ y las pastas de ‘oreja’ (dada su forma). El melón producido en la isla ha ganado fama y estatus gourmet a lo largo del tiempo. En embutidos artesanales, destaca la existencia de la ‘Alheia de Santa María’. Una isla de tradición vinícola, el aguardiente y los licores de frutas son también característicos.